Este post forma parte de una trilogía: 3ª parte:1ª parte (actual):
Saltando de isla en isla: De Lombok a Flores en barco I (estás aquí)2ª parte:
Nadando con mantas gigantes: De Lombok a Flores en barco II
En tierra de dragones de Komodo. De Lombok a Flores en barco III
Por la mañana temprano, el bote que cubre el trayecto de Gili Air a Lombok está hasta los bordes.
Nos acomodamos donde podemos y zarpamos. Al otro lado, en la isla de Lombok, nos esperan el resto de componentes con los que compartiremos espacio los próximos 4 días para ir de Lombok hasta Flores.
Cuatro indonesios, islandeses, ingleses, alemanes, suecos, suizos, españoles, un marroquí y un chino. En total, unas 25 personas entre pasajeros y tripulación formamos la crew que surcará el mar de flores, en busca de dragones de Komodo, mantas gigantes y con sed de paisajes y naturaleza.
Sin más expectativa que la recomendación de Claudia, de hacer esta ruta, decidimos dejarnos llevar y relajarnos por unos días, sin pensar a dónde ir o qué hacer.
En definitiva, cargar pilas, que en un viaje largo, tomando decisiones todo el tiempo, hace falta un poco de desconexión y dejarse hacer…
Si habíamos visto el barco en fotos, no le habíamos prestado atención, y mucho menos a sus dimensiones.
Nos conducen hasta la que será nuestra casa flotante durante 4 días, y a mi se me escapa una risa nerviosa. Por mas que intento encajar mentalmente maletas y personas cual tétris, no veo la forma en la que en este reducido espacio podamos convivir tantos bultos durante tantos días.
Accedemos a través de la cubierta de proa al que será el espacio común a modo de salón-comedor, dónde se servirán también las diferentes comidas del día.
Por azar, somos los primeros en trepar las escaleras que acceden a la siguiente cubierta, a 6 peldaños de la anterior, dónde unos colchones azules, de penas 10 cm, reposan en el suelo.
Avanzamos hasta el final y ocupamos las últimas lonetas, para ir dejando espacio y acceso al resto del grupo.
Sin darnos cuenta, estábamos eligiendo la versión «suite-panorámica» de aquellas camas-colchones, pues tendríamos aperturas a modo de ventanas, con vistas privilegiadas.
Una lona hacía las veces de techo, pero no impedía que la brisa marina, y la lluvia fina, cuando tocara, nos acariciara desde la cama.
En la popa del barco, una tarima y un fogón serían la cocina, y un pequeño cuartucho albergaba el único inodoro compartido.
Las maletas, que no íbamos a necesitar durante el viaje , serían almohada de la ratas en la bodega, bajo el pico de proa.
De Lombok a Flores
Y dudando de la consistencia del barco y sin saber que sería una de las experiencias mas bonitas de mi viaje, zarpamos envueltos en un ensordecedor ruido de motores, al que finalmente nos acabaríamos acostumbrando, al igual que al vaivén del barco.
La primera noche, las lluvias amenazan con mermar nuestra ilusión de bañarnos en aguas cristalinas, y bajo un deprimido cielo gris, nos saltamos el primer punto de baño, y continuamos ruta hasta intuir el sol perdiéndose al horizonte.
Amanece despejado. El movimiento del barco nos dejó ojerosos a casi todos, para compensar, al alba, con la clara luz del amanecer temprano, las pintitas de plancton azul, sobre el fondo de las aguas verde turquesa, me dieron los buenos días.
A partir de ese momento, creo que la sonrisa no se borro de mi cara en las siguientes 72 horas… en las cuales, saltamos de isla en isla, contemplando paisajes de naturaleza virgen. Grandes islas de suaves lomas verde manzana, formando una suerte de colinas uniformes, pequeños islotes flotando a la deriva
Caprichosos lagos de agua salada ocupando el interior de un cráter. Animales salvajes… peces salpicando un agua turquesa de color…
En Moyo Island caminé entre su exuberante vegetación, trepé las gruesas raíces de sus árboles para coronar la cascada y me bañe en pozas naturales.
En Satonda, sus cerros atesoran un secreto perceptible apenas desde el cielo. Desde su orilla, una pista bien señalizada y una pequeña escalinata son la antesala al enorme lago salado que alberga en su interior.
Después de chapotear durante largo rato, descubrí a «nemo» en sus orillas: los primeros peces payaso aleteaban simpáticos desde su anémona para plantarse a pocos centímetros de mi cara y saludar.
Los trayectos a los siguientes destinos eran un regalo para la vista. Los paisajes no dejaban de sucederse.
El sol se marchaba dejándonos, a unos jugando a las cartas en la cubierta principal, a otros, como yo, disfrutando de la serenidad de sentirse flotando a la deriva, y dejando que las olas mecieran nuestro sueño hasta el amanecer.
No sabía que el día siguiente, sería aún mejor…
Esté post forma parte de una trilogía:
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Soy Alicia , el alma nómada tras las lineas de este humilde blog.
Mi curiosidad hacia el mundo me llevó a viajar por a África.
En Marruecos descubrí mi pasión por el desierto, y me fui a vivir entre dunas.
También emprendí y pasé de nomadear en solitario, a formar una familia viajera intercultural.
Criando y viajando, entre dos tierras, por le mundo. Con raíces y alas.
Tengo una agencia de viajes (www.tourpormarruecos.com). Fotografío y escribo.
Bonito viaje!! Planeo viajar al sudeste asiatico pronto y pienso usar tu ruta como referencia.
deseando leer la segunda parte!!
Saludosss
Genial Sandra, cualquier duda, puedes preguntarme.
El viaje es muy recomendable. En unos días voy publicando las siguientes partes.
Un saludo!
¡Quiero hacer esa ruta! Se hace solo desde Lombok, o hay otros lugares de partida?
Hola Rosa,
me alegro que te guste.
Yo la contraté desde Gili Air, pero partía desde Lombok. Hay rutas similares desde otras islas, incluso desde Flores a Komodo.
Yo recomiendo esta ya que es una muy buena forma de ir de Lombok a Flores por mar y haciendo paradas en lugares MUY interesantes.
Próximamente voy a publicar en el blog información y recomendaciones sobre esta ruta, `por si te interesara.
ya me contarás!
Un saludo!
Acabo de descubrir tu blog y me ha enganchado!!
Ojala pudiera llenar mis dias con esos increibles paisajes en algún momento.
Espero con ilusion nuevas aventuras!
Ojalá! Todo es posible si se desea con fuerza y se lucha para conseguirlo 🙂
Un abrazo, y gracias por pasarte por aquí
Genial. Me gusta mucho tu blog. Al explicar, casi comparto tu viaje. Y las fotos son increíbles. Reales y preciosas. Me encantará seguirte.
Gracias Maria Elena!
Me alegro que te guste y que puedas viajar mentalmente, estés dónde estés.
Gracias por comentar tus impresiones… te veo por aquí 🙂
Saludos!
hace diez años hice una ruta parecida, en las mismas condiciones, que nostalgia, merci por tu post
Hola Benjamin!
10 años son mucho tiempo. No se como estaban estos paisajes entonces, pero si ahora me resultan muy vírgenes, a pesar de que hay zonas mas turísticas, no quiero imaginarme hace tanto tiempo!
Me alegro que te haya despertado bonitos recuerdos.
Un abrazo!
Precioso! Dan ganas de salir corriendo para allá 🙂 Espero hacer un viaje así todos juntos en cuanto se alineen los astros y con nuevas incorporaciones 😉
Si!! Repetiremos con nuevas y pequeñas incorporaciones. Ni lo dudes! 😀