13 de noviembre de 2016,
La luna llena iluminaba el mar de dunas que descansaban pálidas bajo su luz.
Caminábamos despacio de vuelta a casa, con el aire frío pegándonos en la cara.
La noche olía a otoño avanzado, de ese que ya invita a una gruesa manta mora y a tés humeantes de shiva, para entrar en calor.
Avanzábamos despacio, alargando la caminata, arrastrando los pies pesados por el suelo de tierra, para bajar la copiosa cena de Hassan.
La bolsa de papel en su bolsillo contenía dentro la respuesta a la cuestión.
Ya en casa, las 4 paredes de adobe fueron los únicos testigos mudos del momento:
Nuestro visado para un viaje sin retorno. De solo ida.
Un viaje sin billete de vuelta.
El Viaje de los viejes.
El pasaporte – un test de embarazo
El visado – dos líneas rosas.
CERRADO POR NAUSEAS.
Este blog estuvo mudo un año, básicamente, porque las caprichosas hormonas del embarazo me producían unas ganas de vomitar incontrolables cada vez que abría el blog y veía la ultima publicación describiendo un viaje cruzando el desierto para ver a Tinariwen, al que ya iba embarazada sin saberlo aun.
Un año mudo de escritura e imágenes, porque tanto escribir en el blog, como hacer fotos con mi cámara réflex, me producían nauseas.
Un año de introspección, transformación, y reflexión.
He sido prudente y he intentado evitar que se me llenase la boca de promesas viajeras que luego no voy a poder cumplir porque el miedo paralice las buenas intenciones.
Me he mordido la lengua ante aquellos comentarios con respecto a todo lo que se supone que ya no voy a poder hacer ahora que soy madre.
Me he enfrentado a mis propios miedos. Sobre todo a los que han nacido junto a la madre en la que me he convertido. Y sigo enfrentándome a los miedos que vienen y me preparo para los que vendrán.
Pero no, no perdí las ganas ni la ilusión por viajar. Ahora son mas fuertes si cabe, y a pesar de las dudas y temores, vivo con mas ganas de mostrar a mi hijo el mundo que nos rodea. Sus raíces, las de aquí y las de allí. Nuestras culturas, las de los demás. Matices, tonalidades…
Viajé en el embarazo, y ya hemos viajado a lo largo de sus 6 primeros meses por Marruecos, su otra tierra, Africa, la que pisó antes de haber cumplido sus 2 meses de vida.
El embarazo y la maternidad, están siendo, sin duda, el gran viaje, un experiencia desidealizada que me está sorprendiendo muy gratamente.
El viaje de mi vida, dentro del cual, espero que haya muchos mas viajes.
Así que esta es mi excusa y coartada por la ausencia. Y mi declaración oficial de que este blog, no dejará de ser un blog de viajes y vivencias interculturales.
Conciliaré mi “yo mamá”, con mi “yo emprendedor” y mi “yo viajero”, para seguir escribiendo.
Ya tengo publicaciones que escribí pero nunca publiqué, y ganas renovadas de seguir haciéndolo (ahora también de viajes con niños!)
Gracias a todos por los mensajes recibidos estos meses. Si no supe responder si volveré, ahora creo que lo estoy haciendo.
¡Nos leemos!
También puede interesarte...
Soy Alicia , el alma nómada tras las lineas de este humilde blog.
Mi curiosidad hacia el mundo me llevó a viajar por a África.
En Marruecos descubrí mi pasión por el desierto, y me fui a vivir entre dunas.
También emprendí y pasé de nomadear en solitario, a formar una familia viajera intercultural.
Criando y viajando, entre dos tierras, por le mundo. Con raíces y alas.
Tengo una agencia de viajes (www.tourpormarruecos.com). Fotografío y escribo.
Hola me alegro que estés muy bien, cuando vaya al desierto té haré una visita.
Claro que se puede viajar con niños, aunque de dos a tres años y si vas sola con el no es recomendable ya que es una edad muy complicada.
Gracias Lourdes,
Bueno,todo depende de cada familia, de cada bebe, de la organización. del ritmo que se lleve… y otros tantos factores!
De momento muy bien 🙂
Viajarás con tu hijo, Alicia, como hemos quienes disfrutamos viajando.
Tengo 62 años y dos hermanas algo más jóvenes; mis padres viajaron con las tres, desde muy bebés, sin manuales de «cómo viajar en un destartalado coche con tres niñas pequeñas» y sobrevivimos felizmente los cinco.
Adelante!
Y además de sobrevivir, te contagiaron las ganas y pasión por viajar! Ojalá Ayrad sea un amante de los viajes y del desierto, como sus padres. Para poder compartir con el, por mucho tiempo la afición.
Un abrazo, y gracias por tu bonitos mensajes siempre Mercè!
Qué post más bonito… me ha encantado 🙂 No tengo la menor duda de que el que estás viviendo debe ser el mayor y más emocionante de los viajes realizables en esta vida, como tampoco la tengo de que seguirás viajando, aún más y mejor, aunque de manera distinta (y probablemente mucho más bonita y enriquecedora). ¡Muchos besos, y no te disculpes por escribir más o menos! Lo importante es que lo hagas cuando te corazón te lo dicte, y ahora tu corazón tiene otra prioridad 🙂
Me alegra que te haya gustado el post Carmen. La verdad es que, con algo de respeto, y un instinto maternal dormido… este viaje esta superando con creces mis expectativas y aunque me supone pasar menos por aquí, lo estoy disfrutando muchísimo!
un abrazo y gracias por tu comentario 🙂