Joal-Fadiouth
Tras dejar la ajetreada Dakar, cualquier otro lugar resultará más tranquilo, excepto Saly, lugar por el que pasamos durante solo 15 o 20 minutos, y al ver el ambiente discotequero, turismo de fiesta, y turistas en Bikini sobre sus quads, a lo «Beverly Hills», supimos que no era el sitio que buscábamos para relajarnos, hasta que llegamos a Joal.
El primer paso en la ciudad estuvo marcado por el acoso de varios locales que intentaron vendernos todo lo vendible nada mas salir de taxi compartido. hicimos caso omiso y nos decidimos a cruzar el puentecito de madera que llega a la isla hermana: Fadiouth.
Fué allí donde, sin agobio ni presión, conocimos a un chico del pueblo, que nos mostró, como prometió, a un albergue económico. Y al cual elegimos como nuestro barquero para conocer los alrededores, y que sin ningún interés, también vino a pasear con nosotros para contarnos infinidad de cosas sobre su ciudad.
Joal y Fadiouth son de esos lugares con encanto.
Joal es la ciudad natal del ex-presidente de Senegal, Leopold Sédal Senghor, aunque no tiene mucho más de especial. La gente es agradable y puede que la timbalada que animaba un grupo de jóvenes en el interior de una bonita tienda de artesanía en ébano, diera otro color al comienzo de la visita y marcara su ritmo, haciéndola mas agradable, así como la conversación con nuestro nuevo amigo.
Fadiouth, separada por una pasarela de madera de Joal, es sin embargo bonita y especial, y es que se trata de una isla formada de conchas.
Sus casas son bastante humildes, y se aglomeran irregularmente unas con otras, sobre la isla artificial de caparazones de berberechos blancos, que crujen bajo los pies al recorrerla. Hay conchas incrustadas incluso por las fachadas, y no dejan asomar ni un pedacito de tierra.
Hay varias plazas comunitarias, donde se sientan, especialmente los hombres mayores, a contar historias o jugar a las cartas.
Nuestro barquero, nos contaba acerca de la tradición de lanzar conchas en las ceremonias, (algo así como lanzar arroz en una boda cristiana en España), pero no se sabe si por ello hay tantas o por haber tantas las lanzan…
Ambas ciudades viven en gran medida de la pesca y recogida de moluscos. Por lo que forman parte del paisaje los hombres con sus pantalones remangadas, red en mano y las mujeres cocinándolo. Así como las mantas de plástico tendidas al sol, secando los berberechos.
Joal y Fadiouth pueden pasearse fácilmente a pié, y aunque son pequeñas, sus gentes son tan amigables que seguro darán entretenimiento y conversación durante horas…
No obstante, el entorno en el que están ubicadas merecen sin duda un paseo en piragua por la zona:
Un cementerio en el que los muertos yacen bajo montañas de conchas, pequeños graneros levantados sobre cabañitas de madera para protegerlos del agua, orillas plagadas de cangrejos violinistas de una sola pinza, o una gran playa desierta, son algunos de los lugares que se pueden ver, además de un montón de aves diferentes.
Las excursiones son muy económicas, ofrecen diferentes y variadas opciones, y pasar y recorrer una zona de tan difícil acceso en las barquitas que ellos usan habitualmente como transporte y de la mano de un local, hace que el lugar merezca doblemente la pena.
Joal-Fadiouth y la tolerancia
Pero no son solo estos atractivos lo que hacen realmente especial el lugar.
A pesar de que Senegal es un país mayoritariamente musulmán, en Joal-Fadiouth tambien hay una gran representación cristiana ( En la isla de Fadiouth el 10% es musulmán y el 90% cristiano), por lo que verás entremezclarse a los Hassanes, Abdulais o Fátimas, con las Marias, Teresas y Jesuses. Y además se permiten y de hecho se dan las bodas entre ambas comunidades religiosas.
En el cementerio descansan en paz difuntos cristianos y musulmanes unos junto a otros, y las cruces de las iglesias abrazan los minaretes de las mezquitas.
De hecho, la mezquita de Fadiouth fue financiada en gran parte por la comunidad cristiana.
Sin duda en Joal-Fadiouth pueden presumir de ser integradores y tolerantes y vivir y convivir en total armonía unos con otros, al margen de su religión.
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Soy Alicia , el alma nómada tras las lineas de este humilde blog.
Mi curiosidad hacia el mundo me llevó a viajar por a África.
En Marruecos descubrí mi pasión por el desierto, y me fui a vivir entre dunas.
También emprendí y pasé de nomadear en solitario, a formar una familia viajera intercultural.
Criando y viajando, entre dos tierras, por le mundo. Con raíces y alas.
Tengo una agencia de viajes (www.tourpormarruecos.com). Fotografío y escribo.
como me gustaria volver. ah………..falta la foto del puente
cierto! estve rebuscando entre mis fotos y no tengo ninguna en la que se aprecie y se vea bien bien! (me robaron los discos duros y solo me queda el material que subí a face!)
Precioso y curioso lugar, verdad?