Mi dulce rutina viajera

Pequeñas dunas moviles en Erg Chebbi, Merzouga, Marruecos

Quedan lejos los días en los que me llamaban la atención las servilletas de papel de folio reciclado, los adelantamientos temerarios en línea continua, o los enormes camiones rebosando bloques de paja por ambos costados (…)
Los días en los que me parecía divertido acuclillarme en una letrina al ras del suelo, y me despertaba de madrugada la llamada al rezo.

Al asombro le sigue la rutina, que no tiene porqué ser pesadera ni aburrida…

No dejé de aprender nunca cosas nuevas de esta cultura tan diferente.
Me sigue conmoviendo el cariño de los que me rodean, me dejan sin aliento los amaneceres calidos y los atardeceres rojos y me sobrecoje subir a lo mas alto de la duna, que se alza majestuosa ante las pequeñas dunas a mis pies.
Nunca dejará de impresionarme la luna llena bañanado la arena y haciendola parecer un mar de nubes, ni me cansaré de mirar este paisaje naranja que me transmiten tanta tranquilidad.

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